sábado, 30 de marzo de 2013

CAPÍTULO II - ANTIGÜEDAD DE SAN SEBASTIÁN

1. La primera fundación de San Sebastián es oscura y difícil de averiguar; pero esta misma dificultad en fijar su primera época es la mayor gloria que la condecora, no habiendo pueblos más antiguos que aquellos cuyos principios se ignoran y se pierden en la memoria de los hombres, por lo cual siempre se han jactado las repúblicas más insignes cuando no han podido descubrir cuándo hubiese sido su primitiva existencia y cuáles sus fundadores. Troya, Roma, Tebas, Cartago y otras ciudades ilustres, tuvieron que recurrir a fabulosos orígenes acerca de su primer ser. Padecen un error grosero los que han pensado establecer la formación de San Sebastián pocos siglos antes que éste que ahora vivimos, atribuyéndola ignorantemente a algunos pescadores que arrojados por una deshecha tempestad de mar hacia estas riberas de la Cantabria, comenzaron a levantar ciertas chozas o barracas, y multiplicándose éstas cada día más por las ventajas que ofrecía la oportunidad del sitio, llegaron a acrecentarse hasta formar una perfecta colonia. ¡Error grosero, vuelvo a decir, y que sólo se oye propalar a los que nada saben de historia y de antigüedad! Lo es igualmente de algunos que, siguiendo a don Sebastián de Covarrubias y Abraham Ortelio, pretendieron que San Sebastián se hubiese erigido sobre las ruinas de un lugar llamado en lo antiguo Colipo, lo cual ha alucinado a los geógrafos que en sus mapas colocan a Colipo en San Sebastián, si no es que confundiesen este nombre con el de Oeaso. Lo es también, y no de marca menor, el que padecieron ciertos escritores mal instruídos, quienes, como dice Garibay, se imaginaron que San Sebastián era fundación del emperador Marco Aurelio Basiano Caracalla, y que de ahí le quedó el nombre de "Saltus Bassiani", añadiendo que después por corrupción se alteró dicho nombre en el de "Sanctus Sebastianus" (Garibay, libro XXII, cap.VIII). Esto ya se ve, era menester comprobar con algún pasaje de historia por donde constase haber aquel príncipe transitado por San Sebastián, lo cual no ha soñado ningún historiador grave.

2. A nosotros nos parece que la Ciudad de San Sebastián es el antiguo Oeaso o Idanusa, con cuyos nombres le llamaron los más célebres vocabularios. Este modo de pensar nuestro se halla autorizado por instrumentos inveterados, por donde se califica haber estado firmemente persuadidos nuestros mayores de esta verdad. Tal es sin duda la insigne escritura de la entrega de Guipúzcoa al rey Alfonso VIII de Castilla el año 1200, la que se pondrá a la letra en el lugar correspondiente, pues describiéndose en dicho instrumento los límites y pueblos principales de Guipúzcoa por la costa, se expresa así : "Deinde per littore maris Cantabrici, ubi est S. Sebastianus de Easo et S. Sebastiani Monasterium (1), por lo que ya en el siglo XIII se creía haber sido San Sebastián el legítimo Oeaso. Así pensó también y convenció el clarísimo Marca, obispo de París, libro I de la "Historia de Bearne", con razones demostrativas y llenas de un grande peso, sin embargo que otros quisieron colocar a Oeaso en Fuenterrabía, como Oyenart en las "Noticias de ambas Vasconias", cap.VII; otros en Oyarzun, otros en Zumaya, otros al lado de los Capuchinos de Rentería, en el alto de Basanoaga, que divide las jurisdicciones de San Sebastián y dicha villa de Rentería, que es el mismo paraje a donde ésta solicitó trasladar su población el año 1645, cuyo sentir ha seguido Risco, continuador de Flórez, en su "Tratado de la Basconia antigua", cap.IV. Es verdad también que el propio Marca creyó después que Oeaso estaba situada donde ahora San Nicolás de Orio, pero llevado de unos fundamentos tan despreciables y notados de ambición, que nadie suscribió a éste su dictamen, habiendo tenido por principal fin para defender esta extraña paradoja, querer probar que en tiempo de los Romanos se extendían las Galias hasta Orio, ni dudó confesar en medio de esto ser opinión común la que identificaba a San Sebastián con Oeaso. ("Marca Hisp.", lib.I, cap.XIV) (2)

3. Las razones, pues, por donde se demuestra ser San Sebastián el verdadero Oeaso de la antigua Basconia, a más de lo dicho arriba, son las siguientes : Primera, porque constando de Ptolomeo, Estrabón y Pomponio Mela que el promontorio Oeaso, formado por la cordillera de Jaizquibel, que empieza desde el canal de Pasajes y fenece en el cabo Iguer de Fuenterrabía, era el término limítrofe que dividía a las Españas de la Galia Aquitánica, y asegurando el mismo Ptolomeo que este promontorio se hallaba distante de la ciudad de Oeaso cuarenta y cuatro minutos de latitud, cuya diferencia cuadra a la situación de San Sebastián respecto al expresado cabo de Iguer, según el cálculo de los grados en aquel tiempo, como confiesa el referido Marca en los lugares citados, corresponde que Oeaso no estuviese donde al presente Fuenterrabía, pues dista tan poco de aquel cabo o promontorio, sino en el paraje en que se halla San Sebastián poco más o menos, fuera de que ésta y no aquélla está al poniente del promontorio, como confiesan todos debe colocarse la ciudad de Oeaso respecto al promontorio de Oeaso. Con efecto, la demarcacion de Ptolomeo siguiendo del Oeste al Este, la pone así Molecio, vertida del griego al latin. 
Oeaso Civitas (Santus Sebastianus).... 15-0=45-6= 
Oeaso Promontorium Pirenei.......... 15-0=45-50= 
La 2.°, poniendo Estrabon so bre las riberas del Mar Occéano á Oeaso ó Idanusa entre los pueblos de bascones en lo más septentrional de la Provincia Tarraconense,' y no pudiendo reducirse aquella poblacion aá Fuenterrabía, como se ha dicho ántes, se sigue que corresponde á San Sebastian situado en lo más vivo y descubierto de las aguas del mismo Occéano, lo cual no se verifica en Oyarzun, que se halla muy tierra adentro, como ya advirtieron otros, ni tampoco en Basanoaga, donde hasta ahora no se ha encontrado rastro de poblacion, ni tampoco en San Nicolás de Orio, ni Zumaya, que no tienen su asiento tan inmediato á la mar, sino solo á unas ensenadas ó playas que se retiran bastante del Mar Occéano. La 3., hallándose Zumaya, no en los bascones, sino en territorio perteneciente á los várdulos segun dimensiones de Ptolomeo, no pudo estar allí la Ciudad de Oeaso, propia de los bascones, que era la última region de los cántabros. No pudo estar tampoco en Basanoaga, por cuanto este sitio cae al Mediodía, y no al Occidente del promontorio Oeaso, en cuya última situacion colocó Ptolomeo á la Ciudad de Oeaso respecto al mismo promontorio, como lo confiesa tambien Risco, y más si dicho promontorio debe entenderse desde Pasajes hasta Fuenterrabía; es verdad que aún cuando fuese cierta la opinion de este sábio continuador de la España Sagrada en establecer á Oeaso en Basanoaga, solo quedaria distante de San Sebastian poco más de media legua, pequeña diferencia para el caso en cuestion. Ménos pudo estar Oeaso en Orio, porque para esto era menester tragar el absurdo de hacer promontorio de Oeaso á los montes de Igueldo, que discurren desde el mismo Orio hasta San Sebastian, cosa que hasta ahora nadie habia imaginado, sino el Sr. Marca, por sus miramientos particulares; que son bien notorios, de dar mayor extension á la Francia. Supuestos tan sólidos fundamentos de haber sido San Sebastian el Oeaso de los bascones, es extraño en la sabiduria del P. Risco hubiese aseverado no tener ninguno Marca cuando sostuvo una opinion tan verosímil. Este erudito insistió mucho, y á la verdad con razon, en que el nombre de Oyarzun ú Oyarzo son derivaciones de Oeaso y Olarso segun le llama Plinio; pero esto no convence que la Ciudad de Oeaso hubiese estado donde ahora Basanoaga, parte del antiguo valle de Oyarzun; pues las mismas pruebas que hay para que San Sebastian haya sido el verdadero Oeaso, las hay para que ella sea tambien el verdadero Oyarzo, del cual y juntamente del promontorio de su nombre se extendió este á todo el valle, ni arguye otra cosa que el puerto de Раsajes, el cual es notorio haber sido jurisdiccion de San Sebastian como lo es ahora, se hubiese llamado antiguamente el puerto de Oyarzo, denominándose así de la Ciudad que le dominaba, y que en los siglos remotos parece haber sido cabeza de todo el valle de Oyarzun, desde la poblacion hasta el promontorio. 

4. Este modo de sentir nuestro en cuanto a la identificación de San Sebastián con Oeaso se tenía por cierto en el reinado de Felipe II, como se infiere de una inscripción latina abierta en piedra sobre la Puerta de Tierra de dicha ciudad que se lee así en caracteres grandes : "Philipo. II. Hisp. Regi. S. P. Q. Easonnensis dicavit. 1577". Finalmente, convienen en esto, a más de los historiadores extraños, algunos que trataron sobre asuntos históricos de la provincia de Guipúzcoa como el Bachiller Zaldivia (cap V) y el Dr. Isasti ("Descripción de San Sebastián"). Es verdad que no nos empeñaremos en averiguar si la ciudad de Oeaso ocupaba el mismo paraje que al presente San Sebastián, o si estaba en el sitio donde ahora la iglesia parroquial y monasterio de San Sebastián el Antiguo, de que se derivó este nombre al pueblo, que mucho antes del siglo X y XI se llamó Izurun, según consta de un célebre privilegio de donación de don Sancho el Mayor, Rey de Navarra, otorgado a favor del Monasterio de Leire, año 1014, en que se expresa que los antiguos nombraban Izurun a la villa de San SebastiánIllam Villam quam antiqui vocabant Içurum; bien que este vocablo parece hallarse corrompido y puesto en lugar de Easurun, Oyarzurun ú otro semejante alusivo al antiguo vocablo de Oeaso ú Oyarzo; pues no se encuentra ningun otro instrumento donde á San Sebastian se le haya llamado Izurun, y es bien ridículo y ajeno de propiedad el origen que Garibay y Sandoval quisieron forjar á este nombre, como que se referia á las tres entradas ó brazos que forma el Mar Occéano en San Sebastian.2 Sin embargo de lo dicho, es más verosímil haber ocupado Oeaso el propio terreno en que actualmente se mira San Sebastian, ya por la oportunidad del sitio, ya tambien por la mayor conveniencia del Comercio.  

HISTORIA DE SAN SEBASTIÁN (CAMINO Y ORELLA)

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