Época goda .- Estado conjetural de Oeaso, ó San Sebastian, desde la decadencia del Imperio Romano, y dominio de los Godos en España, hasta la entrada de los moros.
1.Como desde el siglo de Augusto hasta la ruina del Imperio Romano por las Naciones bárbaras y septentrionales de Europa estuvieron unidos pacíficamente los bascones al mismo Imperio Romano, segun convencen los historiadores, y se colige de lo que se ha referido en el capítulo anterior, no ocurre revolucion notable en lo tocante á la historia de los dichos bascones, hasta el año de 409, en que los alanos, våndalos y suevos intentaron conquistar å España, penetrando por las gargantas del Pirineo, como lo consiguieron por la infidelidad de los honoriacos que les abrieron puerta para inundar como un torrente á las Provincias de la Península. El cronicon atribuido al monje Hauberto é ilustrado por el maestro Argaiz, cuenta que el año de 435 llovió sangre tres dias en San Sebastian, habiéndose visto en el aire otras señales prodigiosas, que anunciaban la irrupcion de los bárbaros, y sangrientas devastaciones por una Armada de los Herulos contra los puertos de Guipúzcoa, que sucedió posteriormente segun Idacio; pero aunque esto último sea cierto por el referido Idacio, es falsa la lluvia de sangre, como otras muchas especies imaginarias atribuidas malamente á Hauberto por los autores que, con su nombre y el de otros autores clásicos, forjaron los pretendidos cronicones, en el dia enteramente despreciados por los críticos.
2. Segun el cronicon verdadero del ınismo Idacio, Obispo de Lamego, recogido por Sandoval, parece haberse mantenido los bascongados unidos al Imperio Romano hasta el año de 449, en que asegura haber invadido á la Basconia el mes de Febrero Ricciario, Rey Católico de los Suevos; mas no consta por qué parte de la Basconia hubiese emprendido esta invasion; si por Nabarra ó Guipúzcoa.
3.Tampoco se sabe que Eurico, Rey de los Godos, quien se apoderó de Pamplona, ciudad de los Bascones, año de 466, hubiese intentado nada contra San Sebastian ú Oeaso, y lo restante de Guipúzcoa, sin embargo de la mucha proximidad á Nabarra. Mucho menos se dirigieron á los Bascones guipuzcoanos las empresas militares de Childeberto, Rey de los Francos, el año de 542, en que tomó aquel monarca á Pamplona, y puso sitio á Zaragoza, siendo Rey de España el godo Theudis, segun Gregorio Turonense, el referido año de 542.
4. Si es verdad lo que asegura Fredegario, continuador de San Gregorio Turonense, cap. 52 de su cronicon, que habiendo Sisebuto, Rey de España, conquistado de los Romanos año de 617 muchas ciudades marítimas de la Cantabria, las puso por el suelo, y se dilató el dominio de los godos por todas las riberas del mar Occéano hasta los montes Pirincos, seria probable haberse comprendido entre ellas la de Oeaso, hoy San Sebastian. Nada, sin embargo, aseverarémos por algunas contradicciones que ha sufrido el texto de Fredegario de los críticos modernos, no obstante haberle tenido por cierto Oyenart, cap. 9 de su Basconia, ni carece de dificultad que en aquella época hubiese ni aún reliquias de los Romanos en las regiones cantábricas, pues de allí á poco tiempo fueron expulsados aun de las costas del Mediterráneo, donde los Emperadores Constantinopolitanos mantenian un dominio débil y vacilante.
5. En lo restante que duró la monarquía de los Godos en España hasta su entera ruina sucedida en el reinado del infeliz D. Rodrigo, y su infausta muerte á las orillas del rio Guadalete, año de 714, hay graves conjeturas para persuadirse haber sido los guipuzcoanos, y de consiguiente los Oeasonenses parte de aquellos Cántabros y Bascones que en defensa de sus costumbres y libertades se resistian á sujetarse á los Reyes Suintila, Recesvindo y Wamba, que enviaron sus ejércitos, y aún vinieron en persona á las expediciones contra la Basconia, habiendo acontecido lo propio anteriormente en las soberanías de Leovigildo y Recaredo. El supuesto Hauberto aseguró haberse sumergido en el reinado de Chindasvindo, año de 642, la poblacion de San Sebastian; pero nadie que sepa cuál sea el verdadero autor de aquellos fingidos cronicones, creerá esto fácilmente. El mismo atribuyó con otros que le siguieron al Rey Recesvindo la fundacion del Monasterio de San Sebastian el Antiguo, estableciendo en él la regla de San Benito.' (1) Lic.do Lezamiz.-Vida de S.n Thiago y Tratado de las antigüedades de Vizcaya.
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