Estado de San Sebastian y Provincia de Guipúzcoa desde la entrada de los moros hasta que se agregaron á la Corona de Nabarra, despues de haberlo estado á los Reyes de Asturias y Condes de Castilla.
1. Son pocas las noticias ciertas que podemos adquirir sobre la Ciudad de Oeaso ó San Sebastian, y la Provincia de Guipúzcoa respecto á los primeros años que se siguieron despues de la ruina lamentable de la Monarquía Gótica en España, y entrada de los sarracenos en ella. Tan escasos se hallan los escritos que dejaron á la postëridad algunos autores inmediatos á aquellos infelices tiempos. Pero bien podemos asegurar que no habiéndose extendido el impetuoso torrente de las conquistas de aquellos bárbaros desde Pamplona, Burunda y Aralar para aquí, por parte de Nabarra, y por la de Alaba desde la Peña horadada de San Adrian y cordilleras de Aizcorri, y siendo tambien cierto que ni en Pamplona, ni en Burunda, ni en Alaba hicieron asiento largo tiempo los africanos, nunca penetraron la Guipúzcoa, habiendo servido de barrera por un lado, sus montañas inaccesibles, segun refiere el Arzobispo D. Rodrigo,' y por el otro el Mar Occéano, que pocas veces surcaron los moros del Cabo de San Vicente y Finisterre para adelante, por su poca pericia en la navegacion. Es verdad que algunos, siguiendo al Príncipe D. Cárlos de Viana, creyeron ha ber llegado los moros hasta el castillo antiguo de Gorriti, desde donde fueron rechazados.(1) Bachiller Zaldivia, Cap. 10.
2. Por las razones dichas, lo más cierto es que todo este territorio de San Sebastian, con la Provincia de Guipúzcoa, estuvo agregado á los célebres Duques de Cantábria, así como parece lo estuvieron Bizcaya y la mayor parte de Alaba. Aun ántes de la irrupcion de los árabes se cree que las tres Provincias estuvieron bajo la proteccion de los mismos Duques de Cantábria, y que en el reinado de Flavio Egica entre fines del siglo VII y principios del VIII, las gobernaba como tal Duque Favila, á quien algunos hicieron hijo del Rey Chindasvindo. Despues del fallecimiento de Favila, sucedió en el Ducado de Cantábria Pelayo, el cual, perseguido del cruel Witiza, se refugió á las más ásperas montañas de su Señorio, bien que no es fácil averiguar si estas fueron las de Guipúzcoa, aunque persuade así ser dicha provincia, la que por más lejana de la Corte de Toledo pudo ocultarle á las iras de aquel impío monarca. Posteriormente fueron Duques de la Cantábria Pedro y su hijo D. Alonso el Católico, tercer Rey de Asturias, por donde vino á incorporarse el Ducado con el mismo Reino de Asturias, y asi desde aquella época se agregó la provincia de Guipúzcoa á la Monarquía de Asturias y Leon, habiendo sucedido lo propio con las demas Provincias Bascongadas. Con efecto, segun escribe el. Arzobispo D. Rodrigo, el mismo D. Alfonso el Católico, quien empuñó el cetro desde el año de 739 hasta el de 757, habia fortalecido varios pueblos y castillos, empezando desde Alaba y Bizcaya hasta las raíces del Pirineo: et ab Alava, et Ordunia, Biscagia, et Navarra, et Ruchonia, et Sarasacio, usque ad Pyrinœum plurima castra munivit populis Christianis. Comprendiéndose, pues, Guipúzcoa en el distrito que hay entre Bizcaya y el Pirineo, es de presumir que algunas de aquellas poblaciones guarnecidas con presidios militares por el Rey D. Alfonso, serian las de la misma Provincia como frontera de su monarquía, y confinante con la Francia, donde ya habian penetrado los sarracenos ocupando las inmediaciones y vertientes de los Pirineos por la parte de allí.
3. En el Reinado de Froila, hijo de D. Alonso el Católico, habiendo intentado los Bascones separarse de la obediencia á aquel monarca, nuevamente los redujo pasando en persona á las Provincias de la Cantábria, y llevando entre otros por prisionera á Munia, señora principal y bascongada con quien contrajo despues matrimonio, y llegó de esta manera å ser Reina de Asturias, como refiere todo Sebastiano, Obispo de Salamanca, en su cronicon recogido por Sandoval, á la era 795.' Pero seria cosa dificultosa el averiguar qué parte de las Provincias Bascongadas hubiese sido aquella á donde se dirigió Froila con su ejército.
4. Tambien refieren los historiadores de aquellos tiempos que muerto D. Alonso II el Casto, y sucedídole por eleccion en la Monarquía D. Ramiro I, se hallaba este último á la sazon en la Provincia de Bardulia, á donde se habia transferido con ánimo de entablar enlace matrimonial con una señora del mismo país, por cuya ausencia se le reveló Nepociano, que aspiraba á la soberanía.3 Hácia esta misma époса embistieron aquellas armadas formidables de los normandos las costas del Mar Occéano Cantábrico, despues que habian ejecutado las más atroces crueldades en las de Aquitania, no habiendo sido el territorio de Bayona y la Provincia de Labort los que menos sufrieron la piratería de aquella nacion bárbara y septentrional, hasta que por fin fueron desbaratados por el Rey D. Ramiro, segun cuenta el citado Obispo de Salamanca. A la verdad, padecieron mucho con estas correrías de los normandos las costas de Guipúzcoa y Bizcaya, y los pueblos situados en ellas, entre los cuales no hay duda se contaria San Sebastian.
5. No son ménos conocidas las expediciones hechas hácia estos paí ses por los Reyes de Leon Ordoño I, y su inmediato sucesor D. Alonso III ó el Magno, el cual, habiendo apaciguado los movimientos de los alabeses, llevó prisionero á Oviedo á su Conde Eylon, llamado tambien Eudon, y pasando adelante se apoderó de Nabarra y su capital Pamplona, que se confederaron con aquel monarca hácia los años de 866, segun todo lo dicho consta del testimonio de Sebastian, Obispo de Salamanca, y Sampiro de Astorga, recogidos por Sandoval, y además del cronicon de Albelda, y de D. Rodrigo, Arzobispo de Toledo, lib. 4 de Rebus Hispan. En el reinado del mismo D. Ordoño, volvieron de nuevo los piratas normandos á correr las costas del Occéano, llevando á sangre y fuego las poblaciones marítimas, cuya tragedia debió alcanzar tambien á las de las Provincias Bascongadas, las más inmediatas en España, y más expuestas al furor de aquellos corsarios.
6. Habiéndose posteriormente establecido el célebre condado de Castilla, cuyos jefes, á manera de soberanos, residian en la Córte de Búrgos, aunque con dependencia de los Reyes de Leon, á proporcion que se iba extendiendo su Señorío, llegó á agregårseles el partido de San Sebastian, y toda la Provincia de Guipúzcoa, segun se infiere claramente del famoso voto hecho por el Conde Fernan Gonzalez, á resultas de la sangrienta batalla y victoria de Simancas ganada contra moros, y otorgado á favor del monasterio de San Millan de la Cogulla, el cual instrumento, aunque no faltaron algunos que le hubiesen tenido por apócrifo, ó á lo ménos hubiesen dudado de su remota antigüedad, sin embargo está reputado por verdadero y legítimo, habiéndose equivocado grandemente el Sr. Marca en decir que Sandoval le hubiese calificado por espúrio, confundiendo este voto con el que se atribuyó al Rey D. Ramiro I, despues de la batalla de Clavijo, pues este último fué el que sufrió la más severa crítica del Obispo de Pamplona.' En la escritura, pues de los votos de San Millan, cuya fecha es de la era 972, ó año de Jesu-Cristo 931, se señala por una de las tierras que hubiesen de pagar cierto derecho ó reconocimiento al Monasterio de San Millan todo el distrito que hay desde el rio Deva hasta San Sebastian: De ipsa Deva usque ad Sanctum Sebastianum, id est, tota Ipuscoa, à finibus Alava usque ad oram maris, lo cual no podría disponer el Conde, mientras los guipuzcoanos no se hubiesen incorporado á su soberanía, y puesto bajo su proteccion, como arguye bien el mismo historiador Garibay.' Ni á esto obsta que el Instrumento comprenda otros lugares, que sin embargo de haberse sujetado al voto, se sabe que no por eso eran del Conde Fernan Gonzalez, sino del Rey de Nabarra García Sanchez, quien aprobó aquel mismo voto, pues no hay ninguna apariencia de que hácia estos tiempos, y en el siglo X, hubiese estado todavía agregada Guipúzcoa á Nabarra, habiendo sucedido posteriormente dicha agregacion, segun se verá despues.
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